egocentrismo puro.

¡Qué raro suena mi nombre en inglés!. Tuve una profesora de inglés llamada Charlotte que era de New York (duró 2 días, creo que porque se creía sarah Jessica parker en Sexo en Nueva York e intentando llevar tanta tendencia acabó enseñando el culo porque siempre llevaba unos tangas minúsculos, y el niño superdotado que había en mi clase no dejaba de mirarla como un salido, qué asco me daba ese niño) bueno a lo que iba que mi profesora Charlotte me llamaba algo así como Maraia. Charlotte fue sustituía por Paul, que era irlandés y me llamaba Mewria (como el de West Side Story). Luego llegó mi profesor preferido Howard que pronunciaba perfectamente mi nombre (no tanto mi apellido), y luego llegó Tom, al cual casi no le dí tiempo a que mencionase mi nombre poque noté cosas raras y yo cuando noto cosas raras vuelo como una libélula etérea, je, je.
Hoy ha vuelto el estigma. Y la novedad de esta vez es que no puedo ni oler la comida, en todo el día me he comido dos galletas, que yo no sé por que pero es lo único que puedo comer cuando todo me da asco. Esta vez estoy acompañada en mi agonía por la sori que está con el celo. Está la pobre bastante peor que yo, se ha ido a la habitación de mis padres, se ha tumbado en la cama y no se ha levantado de ahí en toda la tarde. Mi madre la ha tapado con la parte superior de su pijama y ahí sigue. Muertita de dolor. Tranquila sori, que cada vez falta menos para el Lybrel. Cuando llegue seremos felices y comeremos perdices, porque ya no nos dará asco la comida. No comer es sin lugar a dudas lo peor que le puede pasar a una persona.