"Insidiosa acusación de impiedad y de corrupción de la juventud".

Cuando no me había recuperado de que Paris Hilton (que no me cae muy bien, pero que adoro a sus perros) pisase la cárcel por conducir borracha (me encanta esta expresión), van y detienen a mi Isabel Pantoja. Recuerdo estar yo ahí buscando suelto para pagar los 90.000 euros que costaba la fianza y así sacarla de los horribles calabozos. Y es que poco a poco veía cómo mis ídolos acaban igual: en la trena, lo que agudizó mi ya de por si terrible depresión.
Bueno, pues cuando parece que ya me voy recuperando, Paris y Pantoja salieron de la sombra, Whitney Houston parece que sale de las drogas, etc, etc, etc, y van y me sueltan la bomba.
Un tal David Bret, que está haciendo una nueva biografía sobre Clark Gable, afirma que entre éste y mi gran Marilyn Monroe, no hubo romance posible al ser el primero un amante del orden y de la limpieza y por ser la segunda una cochina, que comía en la cama, que no se bañaba (mon die), que se tiraba muchos pedos porque padecía el síndome del cólon irritable y que encima no llevaba bragas, algo que considero la cosa más underground, más espantosa y más horrible del mundo, pero que por aquellos lares debe ser una costumbre bastante extendida, ya que recuerdo una entrevista con la actriz Kate Beckinsale donde aseguraba que en los Ángeles era imposible encontrar una tienda donde vendiesen ropa interior y que nadie por allí llevaba. :-O
Y si ya el terrorista éste del celuloide no se había quedado tranquilo va y dice que Marilyn se teñía el vello púbico de rubio. ¡Madre de dios bendito! ¡¡A mí me quieren matar!! ¡¡A mí me quieren matar!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el mayor mito viviente, yo.