
Su caso llegó a oidos del Virrey de Nápoles el cual mandó a José de Rivera que la inmortalizase en este perturbador cuadro, ya que la nobleza de la época gustaba de todo tipo se anormalidades físicas.
En el cuadro, vemos como Malena sostiene al hijo que tuvo a los 52 años, mientras le da un pecho. A su lado y con cara de "vaya marrón que sin comerlo ni beberlo me ha venido encima" está el marido que parece indicarnos con su gesto abatido su resignación ante la situación sobrevenida.
A la derecha del cuadro podemos ver unas lápidas con unas inscripciones encima de las cuales hay una bobina de hilo dentro de una concha. Detalle de marcada simbología hermafrodita.
En general, la pintura, encuadrada en un tenebrismo típico de Caravaggio, muestra con un realismo que parece traspasar el lienzo, un rostro que provoca auténtica inquietud y que de no ser una de las pinturas más admiradas y curiosas de nuestro siglo XVII, nos llegaría a provocar auténtico pavor.
Un Intento anterior de mujer barbuda fue el retrato de Brígida de los Ríos, también conocida como la Barbuda de Peñaranda http://www.fundaciongsr.es/penaranda/ferias2001/barbuda.htm obra desprovista del realismo e inquitud antes mencionados.
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