Con la muerte en los talones.




Ayer, como siempre, me aburría mucho. Así que por primera vez en mi vida, decidí hacer algo absolutamente impropio en mí: hacer ejercicio.
Recordaba que por algún lugar tenía el afamado vídeo de aerobic de Jane Fonda, y efectivamente lo encontré. Le quité el plástico (ya os he dicho que en mi familia el ejercicio físico no hace mucha euforia) y me dispuse a hacer A E R O B I C
Vale, pongo el vídeo. Sale la Jane Fonda súper maja diciendo que si la sesión va durar no sé qué y que te vas a quedar hecha un figurín, después de hacer sus ejercicios desarrollados por no sé quién, y blablablablablablablabla.
Empieza la sesión. Aparto a la sori para no darle una patada y...¡Vamos chicas! estirando los brazos....así, muy bien. ¡Cruce de piernas!...genial...ahora coged una silla, apoyáos y flexionad la pierna, pero recordad que la rodilla no puede sobrepasar los dedos de los pies. Sentid vuestro corazón latiendo a mil por hora. Eso es bueno chicas! os estaís esforzando.
Lo último que recuerdo es que a los 5 minutos ya me estaba mareando (y eso que el discurso inicial de la fonda duraba 3 minutos). Me estaba viendo reflejada en el espejo que hay en mi salón, dando saltos como una loca con menos gracia que un chiste sobre la muerte de un niño. Fue horrible. Los últimos ejercicios que pude hacer los realicé arrastrándome por el suelo como una vagabunda aeróbica. No podía más y mientras la fonda y sus amigas seguían dando gráciles saltos yo las miraba, atónita.
En el reposapiés que había apartado para tener más espacio y así moverme con más facilidad, estaba la sori mirándome fijamente con carita de pena. Antes la había apartado de malas maneras para no darla. Y todo para hacer esa basura llamada aerobic. La dije que viniese que la iba a rascar y vino hacia mi moviendo el rabito y tirándose a mis brazos. me cojí un par de mandarinas que nos gustan mucho a las 2, pusimos laOtra que emitían vídeos musicales y así pasamos la tarde. Más tarde llegaron mis padres de ver a mi abuela. Mi hermano había terminado sus deberes de matemáticas y todos juntos nos pusimos a jugar a la wii. Fue una fantástica tarde de navidad. Pero es que para mí todas las tardes de todo el año son así.
Gracias a Jane fonda por fortalecer aunque sólo sea mínimanete mis abdominales, glúteos y piernas, pero sobre todo gracias por hacer que me de cuenta de con quién prefiero pasar mi tiempo libre.

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