Hasta el coño (con perdón)

Sé que el título es horríble (qué pensará mi honorable maestra del buen gusto Carmen Lomana) pero es la única manera de definir mi estado de ánimo.
Nunca pensé que mi paciencia infinita pudiese llegar a acabarse, pero se ha acabado, y por primera vez en mi vida veo que me estoy desesperando y que voy a cometer una locura.
os pongo en situación: Vivo (afortunadamente por poco tiempo porque ya estamos buscando nuestra definitiva vivienda) en un primer piso que da a una calle muy concurrida. Bueno, pues en la acera hay aparcada una PUTA MOTO DE LOS COJONES que cada vez que pasa otra moto circulando, se le dispara la alarma y se tira funcionando 5 minutos, tiempo suficiente para que pase otra moto. vamos que la alarma está funcionando todo el santo día, y yo con mis migrañas (que últimamamente son más dolorosas) ya no puedo soportarlo y he incluso dormido en la cocina, pero es que ENCIMA en la cocina se oía que mis vecinos estaban escuchando la música creada por Belcebú: la bachata y el regetón (como se escriba, lo odio igual). Así que he terminado Volviéndome loca con ataques de nervios y perdiendo mi buen humor.
Mi padre hace un par de días localizó al dueño de la moto, el cual, efectivamente es uno de los esquizofrénicos de mis vecinos (ya os he contado que en mi edificio no vive nadie cuerdo) que ATENCIÓN, vive en un piso interior y no oye LA ALARMA DE SU PROPIA MOTO. Mi padre en un ejercicio de civismo le preguntó que entonces por qué la conectaba y decía que era para que la escuchásemos nosotros y que si veíamos que la robaban avisásemos a la policía NOSOTROS. Afortunadamente quitó la alarma, para nuestro descanso. Alucinante. Y mi pobre hermano en medio de los examenes de junio.

Pero es que esto viene de largo. Creo que más o menos desde que empezó el buen tiempo. Porque además de la moto tenemos al lado un banco, donde van a pasar las noches mis vecinos que viven en el sótano. Mi paciencia infinita me hacía ignorar las voces que pegaban, las risas y la música que ponían (sí, la bachata), era molesto, pero comprensible, ya que lo hacían los fines de semana. Auqnue tampoco entendía yo mucho que lo hiciesen ahí teniendo a 20 metros una especie de placita donde no molestarían a nadie, pero bueno. El caso es que desde hace un tiempo, salen al banco TAMBIÉN LOS DÍAS DE DIARIO. Y es horríble. Hablan a voces, se ríen sin parar, uno debe estar enfermísimo porque no deja de toser, se ponen a beber...IN-SOPORTABLE. Todo esto hombres adultos.
Volví nuevamente a poner a mi padre en acción y éste con gran determinación llamó al ayuntamiento para que quiatsen el banco directamente que era el cáncer de la situación, no sin antes pronunciar la palabra clave: BOTELLÓN. Al día siguiente a las 11:15 o así, los chico de un colegio de aquí al aldo (análogo al mío) estaban desayunando porque se compran las cosas en el establecimiento chino de abajo y se lo comen en el banco. Hablaban y desayunaban normal, con tan mala fortuna de que en ese momento llegó la policía y empezó a hablar con ellos. Rápidamente avisé a mi pare que bajó a dar la cara por los muchachos y a decir que ellos venían todos los días, pero que no había ningún problema con ellos y mi padre explicó la situación real a los policías, los cuales recoemndaron que cuando volviesen los problemas les llamásemos. El caso es que la policía ya se ha personado un par de veces pero nosotros nunca los hemos llamado, así que alguien más debe estar en pie de guerra en mi calle contra el ruido.
No hay cosa más insolidaria y tan de mala educación que hacer ruido. Con lo maravilloso que es escuchar escuchar a los Plushgun o a Lady Gaga con los MP3!!!!!!!!!!