Día de limpieza.

Ayer cometí un terrible error: comencé a hacer limpieza en mi habitación, lo que es igual a la desesperación más grande jamás contada, y que he tenido que continuar hoy debido a la que monté. Todo esto porque estamos a la espera de la óptica de las narices y mientras no lo solucionemos no podemos irnos al pueblo definitivamente.
Como no sé ni por dónde empezar llamo a mi hermano (que es todo lo contrario a mí) para que me ayude. Él se presta más que nada porque sabe que como no intervenga, yo moriré sepultada por montañas de ropa y de cosas inservibles.
Cojo trapos y un limpiatodo que huele a áloe vera. Limpio un par de baldas de la estantería y ya me agobio, porque empiezan a aparecer gomas del pelo y tickets del H&M por todas partes. Como no puedo seguir limpiando porque me supera, decido hacer limpieza en las cajas que utilizo de mesa auxiliar. Dentro, encuentro un montón de cosas que no veía desde la mudanza, como bolsos espantosos que yo no sé que tendría yo en la cabeza cuando me los compré, una lámpara de papel rota, o una barbie que ni yo sabía que tenía, incluso he encontrado...¡¡un atril roto!!. Entre tanto espanto me he llevado una alegre sorpresa al ver esta foto de cuando yo tenía 1 año

una vez hube terminado con la caja del horror, recibí la siempre bienvenida visita de la sori, así que me fui con ella a comerme un trozo de chocolate, dejando a mi hermano pasando la aspiradora. la sori estaba monísima. Mirad cómo se dormía mientras yo la rascaba la cabecita.


Ahora mismo son las 1:33 de la mañana. No sé si podré dormir en mi cama esta noche porque está llena de cosas que no sé ni dónde ponerlas. Hacer limpieza es lo peor. Nunca mais.

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