Yo soy yo y mis circunstancias.

Esta foto me la he sacado esta mañana, la verdad es que muy buena cara como que no tengo.

Queridos amigos seguidores de mis desgracias dismenorreicas, tengo que haceros partícipes de un gran misterio que ha acontecido en mi vida. El sábado por la noche, ya me empecé yo a notar un poco rara, pero fue el domingo cuando ocurrió la cosa más rara que me había pasado en la vida. Me había venido el estigma, diez días antes de lo que lo esperaba pero vino, como nunca antes había venido...sin dolor abdominal. Preocupada, pasé el domingo preguntándome si por fín, alguna fuerza cósmica había escuchado mis eternas plegarias por quitarme ese dolor infernal que cada mes (o cuando viene sorpresivamente, como ahora) me inhabilitaba completamente.
Cuando ya estaba pensando en inmunizarme contra las iglesias para entrar a una a dar gracias, un dolor de cabeza espantoso, como el que nunca antes he tenido, aterrizó en mi cabeza, acompañado de nauseas, lo que me ha impedido comer lunes y martes (como siga así me voy a quedar como Kate Moss a régimen, no creo , jaja). Y me ha dejado una cara hinchada como la de un sapo, mis pómulos de modelo ucraniana han desaparecido, y mis ojeras de intelectual bohemia se han transformado, convirtiéndome en, en...aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!.

Lo que he sacado en claro de este estigma tan peculiar es:

1. Pase lo que pase, sea en la tripa o en la cabeza, mi destino menstrual es sufrir. Mucho.
2. El estigma puede venir en cualquier momento y lugar.
3. Ninguna fuerza cósmica aliviará mi sufrimiento, sólo podrá hacerlo la empresa farmacéutica wyeth, que espero que algún día, antes de que acabe bajo tumba, comercialicen de una puta vez el lybrel.
4. El nolotil es el mejor descubrimiento que ha podido hacer el ser humano, es mi gran amigo, y lo quiero mucho.

No sé si esto es como un gesto de mi cuerpo que me permite elegir: si quiero sufir en la tripa o el la cabeza, y la verdad es que no sé qué escoger, porque he pasado ya por tantos dolores de cabeza que se me está derritiendo el cerebro, y mi útero...buff!. Encima para colmo el sábado ví "La semilla del diablo" y veía ahí a la pobre Rosemary, tan pequeñita y tan delgadina, con esos vestidos de niña tonta, sufriendo y sufriendo por culpa de las bebidas de hierbas que la daba la golfa de la vecina, y a ella se le ponía una carita de sufrir. Cómo me identificaba con Rosemary!! con esos terribles dolores, y una comunidad de vecinos desequilibrados que la acechan. La verdad es que esta película es estupenda, lo malo es el estilismo que lleva Mia Farrow, es verdaderamente morboso vestir a una mujer adulta como si fuese una niña, y encima como tal se comportaba y yo que soy una maggioratta total, lo veía y me ponía más y más enferma y la cabeza me daba vueltas y yo no quería marearme ni desmayarme porque estaba sola con la sori, y ella no podía protegerme de los vecinos porque estaba durmiendo (para variar). El único consuelo que me queda es que voy a pasar un fin de semana es-tu-pen-do. Si sobrevivo, claro.