Ayer, fui en el autobús con Eloísa Bercero, la millonaria madrileña que saltó a la fama por tener una colección de alta costura de veintitantos millones de euros, pero sobre todo por el detalle de pagar un pasaje en un avión de primera clase sólo para transportar uno de sus vestidos.
Iba acompañada por un muchacho que estaba permanentemente a su lado. Yo ni siquiera me percaté de que era ella hasta que se dirigió a la salida ( a ver, si por la medicación estoy sorda, y ciega...). Se había sentado justo én el asiento detrás del conductor.
Parecía ciertamente confiada de que ninguno de los que ibamos en el autobús la iba a reconocer, pero no contaba con que en el autobús, sinusítica perdida y con todos sus sentidos mermados, una chica con pintas extrañas, ósease YO, la había reconocido. La miré disimuladamente y no había duda de que era ella, ella me miró como diciendo: "Joder, la comunista ésta sabe quién soy" y salió del autobús subiéndose el cuello del abrigo siempre protegida por su joven acompañante el cual la rodeaba constantemente como intentando protegerla de la mediocridad del transporte público. Sentí una inmediata conexión con ella en ese sentido. A mí siempre me ha ido el "rollo pobre", no llevar nunca mucho dinero encima, vestir siempre barato, y comparar en determinados barrios que no se caracterizan demasiado por su exclusividad. Me encanta el mestizaje y la multiculturalidad, los pantalones rotos y las converse sucias y viejas. No lo puedo evitar, y he de decir que así soy muy feliz. Lo único que llevo fatal en el es lo del tema del transporte público. Es terríble para mí porque además de sinusítica soy claustrofobica, así que imagináos la estampa. siempre llego tarde a todas partes, ya que tengo que dejar pasar metros y más metros o autobuses y más autobuses para poder ir un poco en condiciones. Pero yo no me rendiré, NO COGERÉ EL COCHE, no me convertiré en otra esclava del petróleo, NO ME SALE DEL MONGER, se acabó. El coche es antiecológico totalmente. Aunque hayan puesto el smart a 8.000 euros, aunque Esperanza aguirre haya estrechado los vagones d ela línea 3 para hacérmelo pasar peor, nada podrá hacerme cambiar de idea...El bus es lo mejor. Eloísa Bercero y yo damos fe.
2 comentarios:
¿te acuerdas cuando un chino te pidió matrimonio en el metro?
No
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