falda extra-ultra-mega psicodélica 2ª parte.
Tengo la manía de que cuando me gusta algo me compro 2 iguales. También tengo la manía de no probarme JAMÁS nada de lo que me compro. Si me queda demasiado grande o justo, lo dejo en un armario que tengo, hasta más ver. El otro día en la limpieza mega-heavy que hice en mi habitación, acometí el armario en cuestión. Llegué a contar hasta 12 camisetas blancas (que jamás me pongo porque a mí el blanco me queda fatal, deben ser de mi madre) y ya ni os cuento de camisetas negras (2 baldas). Me encontré también con un vestido amarillo de Ralph Lauren, que ya ni me acordaba que tenía. Si mal no recuerdo me lo regaló mi tía por algún cumpleaños. Jamás me lo puse.
Entre mis descubrimientos estaban también camisas de Burberry´s. Una blanca y otra aguamarina. No sabía yo por qué tenía esas camisas tan monas dentro del "armario del olvido". No tardé en recordar que ésas eran lo que yo llamo camisas de tinte, es decir, imposibles de planchar en casa porque quedan arrugadísimas, y sólo te las dejan impecables en el tinte.
Encontré también unos vaqueros elásticos verdes con dibujos marrones. Desde luego yo he tenido que pasar épocas muy malas para comprarme esas cosas.
El mejor descubrimiento fue la camiseta verde de la discoteca JUCO que había en mi pueblo. Es súper retro, lo malo es que es enorme y no me queda demasiado bien, aún así la rescato.
Tengo también muchas camisolas de lentejuelas de cuando fui hippie. ¡Qué recuerdos!, y sudaderas de todos los colores. Bufandas, fulards, rebecas, ropa de nochevieja (bastante fea, por cierto), bolsos.
No penseis mal de mi, ja, ja, no soy una derrochadora. La mayoría de esta ropa han sido regalos, compras necesarias debido a mis cambios de peso o "herencias", como la de mis famosas bailarinas plateadas (historia repetida hasta la saciedad, pero que me encanta) que me regaló mi tía. Están desgastadas y feas, pero mi tía se las compró hace 18 años en el soho de Nueva York por 30 dólares. Cuando las trajo a España la gente no paraba de preguntarle cómo las había hecho!!. Yo no me acordaba pero a mí me las trajeron doradas!!. Cuántos recuerdos!. y hasta hace un par de años yo me ponía los zapatos negros con los que se casó mi abuela!, hasta que un día me caí en el metro porque las suelas resbalaban y los tuve que tirar.
En fín, que veo absolutamente necesario donar toda la ropa de ese armario. Así que voy a llevarla a un contenedor que hay en mi calle para personas sin recursos. Si conocéis a alguien que necesite ropa me lo decís y preparo las cajas para llevárselas.
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